Las tecnologías interactivas han supuesto un nuevo abanico de posibilidades en el ámbito de la formación. En particular, la llegada de las pizarras digitales.
Una pizarra digital o PDI (pizarra digital interactiva) es un tablero sobre el que se proyectan imágenes de proyectores multimedia, tal y como lo hemos hecho hasta hoy en día sobre pantallas de proyección. Este tablero no es más que un ratón, es decir, todas aquellas cosas que antes realizábamos con el ratón del ordenador, ahora las realizamos con el dedo o con un rotulador digital directamente sobre la superficie en la que proyectamos.
En realidad esa no es mi opinión. Personalmente, el desarrollo tecnológico creo que es bueno, me gusta, y ha sido importante en cuanto a la educación se refiere. Pero me parece que es un arma de doble filo. Muchos niños son obligados a usar las TIC diariamente, todos vivimos rodeados de esta nueva tecnología, pero: ¿dónde ha quedado escribir en papel, sentir cómo la tinta emborrona tu mano, oler un libro recién comprado y olerlo pasados 20 años? ¿dónde ha quedado visitar el museo para conocer las obras en lugar de verlo todo a través de un móvil, ordenador o pizarra digital? ¿por qué obligar a nuestros alumnos a comprar en soporte digital algo que muchos no pueden permitirse? Creo que como complemento a la educación está muy bien, ya que tenemos que adaptarnos a la sociedad que nos ha tocado vivir, pero jamás imponer a nadie una forma de aprendizaje que para unos puede ser muy buena, pero para otros como yo, no tanto.
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